Ha pasado buen tiempo después de mis indignantes correos de voz llenos de lágrimas. Es fácil tomar una decisión cuando lo fuerzan a uno a tomarla.
Ella siempre tuvo celos de mi ex, siempre hizo todo lo posible porque no me acercara a ella y fue la fuente de la mayoría de nuestras peleas. En consecuencia hice lo que cualquier hombre con el orgullo herido haría. Volví con esa persona que siempre estuvo pendiente, preocupada, esperanzada en mí; volví con la mujer que nunca me falló ni destrozó mi corazón en mil pedazos, que nunca me ignoró ni me dejó caer en la indignidad.
Sin embargo volví con mi ex no por deseo, no porque el amor que le tengo me empujó a tomar esa decisión; sino porque esperaba que al restregarle mi nueva relación a esa mujer que me partió el corazón la iba a hacer volver a «ponerme atención » de nuevo. No lo logré.
Ahora me siento atrapado utilizando a la mujer que me ha esperado siempre emulando mi relación con la mujer que me abandonó, la que deseo.

Esto es una verdadera pesadilla